Mat 11 | LBLA | STEP | Y sucedió que cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos , se fue de allí a enseñar y predicar en las ciudades de ellos .

1 Y sucedió que cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos ^a, se fue de allí a enseñar y predicar ^{▼▼O, proclamar} en las ciudades de ellos ^c.

Jesús y los discípulos de Juan

2 ^dY al oír Juan en la cárcel de las obras de Cristo ^{▼▼I.e., el Mesías}, mandó por medio de sus discípulos 3 a decirle: ¿Eres tú el que ha de venir ^{▼▼Lit., el que viene; véase Juan 11:27 y nota
,} ^g, o esperaremos a otro? 4 Y respondiendo Jesús, les dijo: Id y contad a Juan lo que oís y veis: 5 los ciegos reciben la vista y los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen ^h, los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio ^{▼▼O, las buenas nuevas
,} ^j. 6 Y bienaventurado es el que no se escandaliza de mí ^k.

Jesús habla de Juan el Bautista

7 Mientras ellos se marchaban, Jesús comenzó a hablar a las multitudes acerca de Juan: ¿Qué salisteis a ver en el desierto ^l? ¿Una caña sacudida por el viento? 8 Mas, ¿qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido con ropas finas? Mirad, los que usan ropas finas están en los palacios ^{▼▼Lit., las casas} de los reyes. 9 Pero, ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta ⁿ? Sí, os digo, y uno que es más que un profeta. 10 Este es de quien está escrito: « He aquí, yo envío mi mensajero delante de tu faz, quien preparará tu camino delante de ti Mal. 3:1 ; Mar. 1:2 ». 11 En verdad os digo que entre los nacidos de mujer ^{▼▼Lit., mujeres} no se ha levantado nadie mayor que Juan el Bautista; sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. 12 Y desde los días de Juan el Bautista ^p hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia ^{▼▼O, al reino de los cielos se entra por la fuerza}, y los violentos lo conquistan por la fuerza ^{▼▼O, lo toman para sí}. 13 Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. 14 Y si queréis aceptarlo, él es Elías ^s, el que había de venir ^{▼▼O, que ha de venir}. 15 El que tiene oídos ^{▼▼Algunos mss. antiguos dicen: oídos para oír}, que oiga ^v. 16 Pero, ¿con qué compararé a esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas, que dan voces a los otros, 17 y dicen: «Os tocamos la flauta, y no bailasteis; entonamos endechas, y no os lamentasteis ^{▼▼Lit., no os golpeasteis el pecho}». 18 Porque vino Juan que no comía ^x ni bebía ^y, y dicen: «Tiene un demonio ^z». 19 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: «Mirad, un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de recaudadores de impuestos ^{▼▼O, publicanos; i.e., los que explotaban la recaudación de los impuestos romanos} y de pecadores ^ab». Pero ^{▼▼Lit., Y} la sabiduría se justifica por sus hechos ^{▼▼Algunos mss. dicen: hijos}.

Ayes sobre ciudades de Galilea

20 Entonces comenzó a increpar a las ciudades en las que había hecho la mayoría de sus milagros ^{▼▼O, hechos poderosos}, porque no se habían arrepentido ^af. 21 ¡ ^agAy de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida ^ah! Porque si los milagros ^{▼▼O, hechos poderosos} que se hicieron en vosotras se hubieran hecho en Tiro y en Sidón ^aj, hace tiempo que se hubieran arrepentido en cilicio y ceniza ^ak. 22 Por eso os digo que en el día del juicio ^al será más tolerable ^am el castigo para Tiro y Sidón que para vosotras. 23 Y tú, Capernaúm ^an, ¿acaso serás elevada hasta los cielos? ¡Hasta el Hades ^{▼▼I.e., región de los muertos
,} ^ap descenderás ^{▼▼Algunos mss. antiguos dicen: serás hundida
,} ^ar! Porque si los milagros ^{▼▼O, hechos poderosos} que se hicieron en ti se hubieran hecho en Sodoma ^at, esta hubiera permanecido hasta hoy. 24 Sin embargo, os digo que en el día del juicio ^au será más tolerable ^av el castigo para la tierra de Sodoma que para ti.

La gran invitación

25 ^awEn aquel tiempo ^{▼▼O, aquella ocasión}, hablando ^{▼▼Lit., respondiendo} Jesús, dijo: Te alabo ^{▼▼O, reconozco para tu gloria}, Padre ^ba, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes ^bb, y las revelaste a los niños. 26 Sí, Padre ^bc, porque así fue de tu agrado. 27 Todas las cosas me han sido entregadas por mi Padre ^bd; y nadie conoce ^{▼▼O, conoce perfectamente} al Hijo, sino el Padre, ni nadie conoce ^{▼▼O, conoce perfectamente} al Padre, sino el Hijo ^bg, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. 28 Venid a mí, todos los que estáis cansados ^{▼▼O, exhaustos de tanto trabajar} y cargados, y yo os haré descansar ^bi. 29 Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí ^bj, que soy manso y humilde de corazón, y hallareis descanso para vuestras almas ^bk. 30 Porque mi yugo es fácil ^{▼▼O, agradable, o, suave} y mi carga ligera ^bm.